No es cuestión de suerte

Gerard Piqué tuvo que ser sustituido en el minuto 56 del partido entre el Atlético de Madrid y el Barcelona en el Wanda Metropolitano después de que minutos antes tuviera un choque con Ángel Correa que le flexionó en exceso la rodilla derecha y dejó en el tumbado en el suelo al central barcelonista. El primer diagnóstico por parte de los galenos del club catalán confirmó que la lesión de Piqué no tiene buena pinta, aunque quizá no sea tan grave como cabía esperar inicialmente. Según la información del club, el jugador sufre un"esguince en la rodilla derecha"y queda "pendiente de más pruebas para conocer el alcance de la lesión". El jugador fue sustituido por Sergiño Desty tuvo que ser acompañado a la zona de banquillos por los servicios médicos al no poder poner el pie en el suelo, si bien luego pudo dirigirse al túnel de vestuarios por su propio pie pero con una visible cojera. 

¡Qué mala suerte, dirían algunos, la que ha tenido Gerad Pique al lesionarse en un momento cumbre de la temporada! Si hubiese llegado 1 segundo antes o después del momento del impacto con Correa nada de esto hubiese pasado. Caprichoso parece el destino cuando la vida te cambia en cuestión de centésimas. ¿Por qué pasan cosas malas y ese Dios, al que los cristianos llaman soberano, permite que sucedan? Pobre central del Barcelona, no tenía ninguna culpa. Una situación dolorosa y calamitosa se le presentó sin él quererlo. En el mundo del fútbol vemos tremendas lesiones cada fin de semana y esta vez le tocó a Pique, su cabeza debe estar pensando, ¿por qué a mí? Las situaciones trágicas no solo suceden en el fútbol, la vida está llena de sinsabores. Situaciones complicadas que te abordan y te producen una pena terrible. ¿Dónde está Dios en esos momentos? Dios está presente en toda circunstancia sin que algo pase sin Él enterarse. Desde que el pecado entró en el mundo, suceden situaciones trágicas. El hombre es responsable de la maldad en este mundo y de esas injusticias que suceden a diario. La muerte entró por un hombre según Romanos 5 y con ella todas las maldades que nos acontecen. Entonces, cabe preguntarse, ¿qué culpa tiene un niño que pasa hambre, un hombre que pierde en un accidente a su hijo, un jugador que se rompe la pierna, una chica que es maltratada por su chico...? Podríamos poner miles de ejemplos de estos casos. Tanto el cuerpo humano, como la naturaleza, como la sociedad se duele por causa del pecado. La maldad ha infectado a todos los órdenes de la vida, estamos bajo el dominio del mal y el mal se enseñorea del mundo. Tu vida y la mía van a estar llenas de problemas y malos ratos que nos aparecerán por sorpresa sin "comerlo ni beberlo".

¿Qué actitud puedo tener ante las barbaridades que suceden? Puedes enfadarte con Dios, tirar piedras al cielo e indignarte por las situaciones que tienes que afrontar. Lo que puedo asegurarte es que Dios es bueno. Dios es todo bondad y nada malo hay en Él. Dios ha permitido el mal porque el hombre ha optado por la maldad. Dios al malo le permite continuar su camino hacia la perdición. ¿Si te conviertes a Dios entonces todo te empieza a ir bien? Pues no. Sigues sufriendo injusticias. Vives en este mundo y sigues adoleciendo las consecuencias de la caída. Ahora bien, puedes ver todo problema con otra perspectiva. Cada dificultad sabes que es permitida por Dios con un propósito. Tienes que tener claro Romanos 8:28: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Los que aman a Dios, es decir los creyentes, tenemos que tener claro, todo nos ayuda a bien.  

Cualquier problema el creyente puede tener la paz de verlo como una situación que te acerque a Dios. La actitud del creyente no es venirse abajo y enfadarse con Dios por las injusticas. Lo correcto es dar gracias en todo y poder comprobar el trato de Dios en todo momento. Él promete no dejarte, no abandonarte bajo ningún concepto. Cristo, Dios hecho hombre, sufrió la mayor injusticia de la historia. 2ª Corintios 5:21 dice: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Cristo no mereció la muerte, Él no hizo nada malo pero decidió sufrir para dar gloria a su Padre y poder darnos la salvación absolutamente inmerecida. Si estás sufriendo y como Pique te ha pasado algo malo que no esperabas, aférrate a Cristo. Arrepiéntete y cree en el Señor para que cualquier situación trágica de tu vida tenga un propósito, un propósito eterno. No es cuestión de suerte, es cuestión de creer y arrepentirse.  

ARTICULO ESCRITO POR: JOSUÉ CÁRDENAS 

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *